viernes, 30 de septiembre de 2016

“Saber estar y saber no estar”, don Felipe.



Me da pena lo que está sucediendo en el PSOE, desde mi cualidad de independiente podría optar por no decir nada al respecto, pero he decidido escribir algo diferente a riesgo de molestar a algunos y algunas. Vaya por delante mi disculpa. Desde fuera yo lo veo con otra perspectiva.

Me ha decepcionado, don Felipe. En esto de la política hay que saber estar y saber no estar. Las discrepancias entre su parecer y lo que ejecutan los responsables actuales de su partido deberían ser motivo de debate interno y no de declaraciones a través de los medios de comunicación. Cualquier manifestación pública de usted en la prensa debe tener como objetivo favorecer a su partido y en estos últimos años usted perjudica a su partido cada vez que hace declaraciones como si usted estuviera en posesión de la razón permanentemente.

Habla usted de fracasos electorales ajenos sin percatarse que parte de la trayectoria descendente ya se inició en su periplo gobernante cuando usted y algunos de los suyos decidieron, ante la lentitud de la Justicia, la rapidez de las pistolas y ante lo sagrado del dinero público algunos optaron por llevárselo a sus bolsillos.

Haga usted una relectura de los resultados que decrecían en sentido contrario al ascendente cambio de su chaqueta de pana por trajes de primeras marcas de los que usan los del Ibex 35. Piense, reflexione y al menos dude, si en parte de esa linea descendente no tiene usted responsabilidad personal. Piense si manifestando desde su yate que hay que trabajar más para mantener las pensiones favorece a su partido o le perjudica.

Cuando uno deja el cargo lleno de experiencia debe compartir ésta con sus compañeros en beneficio del mejor ejercicio de los cargos que ostentan. Repito, hay que saber estar y saber no estar. Le digo, con muchísima humildad y dada mi anterior admiración por sus primeros años de gobierno, que personalmente lo practico. Al compañero que me relevó al frente de la Alcaldía procuro no hacerle ni sombra, pues en los cinco años que hace que abandoné la Alcaldía, después de veinte años de ejercerla, no he aparecido en actos públicos y las ayudas y las mínimas discrepancias son sólo de conocimiento suyo y mío. Jamás haré público nada que no sean elogios para él.

Las dos partes confrontadas tienen parte de razón, pero yo me inclino por la postura de los de Pedro Sánchez porque es más moderna, menos rancia, y persigue consolidar su liderazgo, que ha sido discutido y ninguneado por distintos barones y baronesas, e impedir tener que abstenerse para que gobierne el PP.

Que hable la militancia porque, se decida lo que se decida, es fundamental para el futuro del PSOE.

Es mi humilde opinión y puedo estar confundido.



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