En mi reciente viaje por las tierras de Bélgica y Holanda además de disfrutar de unos paisajes extraordinarios y distintos a los que disfrutamos aquí, quizás lo que más me ha impresionado es el trato que hacen los holandeses de dos conceptos: Iglesia y emigrantes .
Iglesia y emigrantes son con mucha frecuencia el centro de polémicos debates en nuestro país y yo considero que en Holanda lo tienen bien resuelto.
En cuanto al tema eclesiástico el Estado no tiene una religión oficial o dicho de otra manera es policonfesional. Las distintas religiones tienen sus monumentales templos en las distintas ciudades y el estado no invierte un sólo euro en ellos.
Los gastos de cada religión corren a cargo de los fieles y si un templo es deficitario puede dedicar parte del mismo a otros menesteres ( exposición, comercio, hostelería, etc).
En cuanto a los emigrantes, pueden permanecer durante 3 meses en el país buscando trabajo con el documento de de turista y sin agotar ese tiempo si encuentran trabajo adquieren la condición de ciudadano, aunque el trabajo sea de pocas horas semanales pues el estado les complementa hasta el salario mínimo(más del doble que el español). El que no demuestra interés por trabajar se le retira el salvoconducto.
Soy partidario de recibir emigrantes pues también lo fuimos y lo seguimos siendo nosotros pero creo que debe haber un mayor control y quien recibe ayudas debe corresponder con la búsqueda de un trabajo en lugar de convertirse en un perceptor vitalicio de ayudas.
Los países mas pudientes deben ser solidarios con los más necesitados e intentar ayudar para que sus habitantes no tengan necesidad de salir de sus países en frágiles pateras.
Es posible que la solución esté en dedicar los fondos que usamos para enviar armamento en el envío de máquina herramienta que les permita cultivar sus tierras y extraer los recursos propios del país.
Es una visión personal que es complicado explicar en profundidad porque me llevaría mucho tiempo y ahora toca dormir.