jueves, 27 de abril de 2017

La pena del Telediario... o ¿da pena el Telediario?

Los principales corruptos no están en la cárcel, no se devuelve el dinero robado y el poder político controla la justicia. Además les tenemos que oír o leer que algunos pagan la pena del Telediario. A mi me da pena el Telediario.

"A ver si podemos poner a Moix, que es un tío serio", decía "Nacho" González a Zaplana sobre el mejor  fiscal para defender a los corruptos, tres meses antes de que lo nombraran y tenemos que escuchar al cínico ministro de Justicia decir que desde su departamento no se interviene. 

Ahora el señor Moix demuestra su "seriedad": paraliza registros, desautoriza a fiscales, les hace retirar de la inculpación delitos que luego se demuestran ciertos, defenestró e inhabilitó al Juez Silva, para defender a Blesa del asunto de las tarjetas Black, rechazó acusar a Esperanza Aguirre de desobediencia civil por huir de los agentes de movilidad, pretende desplazar al fiscal del Caso Lezo... Vamos,  lo que nos hacía falta ...no confiábamos en los políticos corruptos y ahora desconfiamos de quien tiene que desenmascararles y encarcelarles, porque no sólo no cumple con su misión sino que impide que otros les investiguen y encarcelen.

Tenemos un Presidente rodeado de casos de corrupción que proclama "hay que dejar trabajar a los jueces", que "con el PP lo hacen con independencia". Ja, ja.ja... al presidente de España lo llaman a declarar ante la Justicia, porque lidera un partido repetidas veces imputado, que no colabora, según reza un auto judicial.


Con esta falta de confianza de la ciudadanía en su gobierno, se pretende una moción de censura, casi imposible de conseguir por la división de intereses electorales de los partidos... no prosperará, pero me gustaría que al menos sirviera para que en lo sucesivo  los profesionales de la Justicia y las fuerzas de seguridad no tengan que sortear obstáculos del poder político, para que las causas no se dilaten y los mayores corruptos no sigan en la calle.

Es mi humilde opinión y puedo estar equivocado.

domingo, 9 de abril de 2017

"Salir en la foto" no garantiza más votos.

Las instituciones deben trabajar y colaborar entre ellas independientemente de la ideología de quienes las gobiernan y los  ciudadanos debemos valorar su trabajo con nuestro voto. 

Este es un principio que no siempre se cumple como se ha demostrado en la inauguración de la Línea 3 del Metro de este fin de semana.

El PNV de Etxebarri, creyendo que pillaba fuera de juego al Alcalde del pueblo o a nuestro grupo político independiente LVP, mandó una nota de prensa en la que mostraba su indignación  porque el Alcalde había declinado la invitación al acto de inauguración.

Tras la salida en la prensa de la infundada noticia se pudo comprobar que la invitación no existía, no se había enviado al Ayuntamiento, según fuentes oficiales,  por un "error informático".

Dicho con mayor rotundidad el PNV de Etxebarri denunció ante la prensa un fallo de los responsables de su propio partido en el Gobierno Vasco.

No es la primera vez que intentan que no "salgamos en la foto".


Os copio de mi libro "20 años de gobierno ciudadano" el relato de lo que aconteció en  1995, en el fallido acto de  inauguración del Puente de Acceso al Polígono Lezama Legizamon.


Puente de Legizamon, en marcha pero sin inauguración.

Desde hacía más de dos años venía construyéndose el Puente de Lezama Legizamon que daba entrada directa desde la carretera N 634 al tráfico pesado hacia el Polígono Industrial del mismo nombre, con el fin de evitar el colapso que tal tráfico producía a su paso por las calles centrales del pueblo durante muchos años.

Era una obra de la Diputación Foral, realizada en nuestro pueblo, pero que iniciaron muy a regañadientes. En el debate de presupuestos forales de 1993, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) necesitaba el apoyo de Eusko Alkartasuna (EA), que en aquél momento cogobernaba con nosotros en Etxebarri (6 de LVP y 2 de EA) y ese apoyo de EA condicionó, entre otras exigencias, a que se aprobase el proyecto del Puente Legizamon.

Nos situamos en Octubre de 1995, cuatro meses después de las elecciones municipales. Una tarde de las muchas que usaba mi tiempo de ocio para visitar las obras en ejecución, decidí ir a comprobar lo poco que quedaba para terminar el acceso. Le dije a un técnico director de las mismas que parecía que ya no quedaban más que remates y me sorprendió cuando me dijo: “y tanto, mañana mismo se inaugura”. 
A bote pronto le comuniqué “Por la misma vía que me he enterado, le ruego que les trasmita que cuando mañana terminen el acto y hayan salido todos en las fotos, este humilde Alcalde, al que no parece ser necesario invitarle a la inauguración de una obra importante de su municipio, cerrará de inmediato el puente para evitar que se produzcan accidentes por ser algunas direcciones antiguas totalmente contrapuestas con la nueva ordenación del tráfico o, por el contrario, se me indique qué persona será responsable cuando se produzca el primer accidente. Si lo que pretenden es que yo no salga en las fotos, para que no ganemos votos, les remito a que repasen los resultados de las elecciones celebradas en mayo y comprobarán que los independientes de votos andamos sobrados, pues hemos obtenido más del 60% y tenemos nueve concejales de los trece de la Corporación”.

Con el correspondiente y generalizado cabreo de la clase política gobernante, ese sábado no se inauguró el puente. 
Cuando nuestros empleados terminaron las obras de señalización necesarias se abrió el Puente de Legizamon al tráfico de un modo un tanto atípico. Fidel, Teniente de Alcalde, y yo nos pusimos uno en cada parte del mismo, quitamos los elementos de plástico que impedían su uso e hicimos señales a los conductores para comenzar a usarlo. Ya está. Inaugurado.

Algunos piensan que salir en la foto da votos. En 1995 teníamos 9 concejales de 13, hoy tenemos 13 concejales de 17. Por lo que se demuestra que no es necesario "salir en la foto" para obtener más votos, vale con trabajar con honestidad, cercanía y voluntad de servicio.

Es mi humilde opinión y puedo estar equivocado.