viernes, 18 de marzo de 2016

Una cosa es la ecología y otra la economía.

 Estoy conversando con ediles independientes de otro pueblo sobre un asunto muy similar al que nos tuvimos que enfrentar en Etxebarri y les he mandado este texto que está en mi libro "20 años de gobierno ciudadano".
Y he pensado que muchos de vosotros lo desconocéis, a pesar de ser los directamente damnificados por lo que os lo voy a transcribir aquí para vuestro conocimiento y para que saquéis vuestras conclusiones personales.

RECLORI Sociedad Anónima
Quizá sea este el tema que mayor trascendencia, tanto interior como exterior, tuvo en los primeros años de nuestro gobierno municipal. Es un asunto que nosotros conocíamos como vecinos y como firmantes de un manifiesto en contra de su instalación, incluso antes de llegar al Ayuntamiento.

Se trataba del proyecto de construcción de una planta de reciclaje de ácido clorhídrico en nuestra localidad, que venía auspiciada por el Consorcio de Aguas, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Altos Hornos de Vizcaya (empresa instalada en nuestro pueblo) y diez empresas vascas más, que se dedicaban al decapado del óxido de hierro con ataque de ácido clorhídrico, produciendo un residuo de cloruro ferroso. Con este cloruro ferroso pretendían obtener de nuevo ácido clorhídrico.

Todo el proceso sería de aplaudir por su beneficio a la ecología si no tuviera las siguientes imperfecciones:

1.- Se trataba de una empresa contaminante que no respetaba la distancia mínima de seguridad a los núcleos de población (2.000 metros) pues las viviendas más próximas se encontraban a menos de cien metros.
2.- No resolvía el vertido del cloruro ferroso puesto que hasta entonces no se vertía al río, sino que era transportado a una empresa de Torrelavega, que lo transformaba en ácido clorhídrico que volvía de nuevo a A.H.V.
3.- Estas instalaciones amenazan con emitir a la atmósfera de nuestro pueblo y sus alrededores gases de ácido clorhídrico, polvo de hierro y dióxido de carbono.

Como el problema era muy complejo me absorbía muchísimo tiempo. Durante los primeros seis meses tuve que dedicar todas mis tardes al estudio en profundidad de toda la información que obtenía sobre el proceso. Algunos pensaban que dormía en el despacho pues pasaban las once de la noche y allí estaba todavía informándome del tema para después a las ocho de la mañana reincorporarme de nuevo.

Conseguí el asesoramiento de instituciones como el Departamento de Química de la Universidad del País Vasco, de asociaciones empresariales del sector como la Asociación Nacional de Electrolizadores, de asociaciones ecologistas como Greenpeace, Erreka, Sagarrak, Eguzki, etc., y el apoyo técnico de verdaderos expertos en este proceso, siendo una persona especialmente influyente el Ingeniero Jefe de la empresa donde se transformaba el residuo en ácido clorhídrico.
Cuando en Junio de 1991 accedemos a nuestra tarea de gobernar nuestro pueblo, nuestros antecesores en el cargo (PSOE-PNV) ya habían dado muchos pasos en favor de su instalación y desde las instituciones (Gobierno Vasco y Diputación Foral) nos imponen sus intereses los mismos partidos (PSOE-PNV).

Con sus informes vinculantes y sus negativas a todas las peticiones del Pleno Municipal en contra de la instalación, hacían que nos sintiéramos impotentes conculcando la autonomía municipal.

Un personaje es clave para entender esta historia, el ex-Alcalde de Etxebarri que gobernaba cuando se inicia el asunto Reclori S.A en 1990. A pesar de su escandalosa derrota en las elecciones municipales del 26 de Mayo de 1991 (bajaron de seis a tres concejales) su partido, el PSOE, le mantiene de concejal de Etxebarri y le nombra además Diputado Foral de Urbanismo, departamento encargado de informar y autorizar la instalación de Reclori S.A.

Desde ese doble juego, todos los acuerdos que tomábamos por mayoría en el Pleno en contra de la cuestionada instalación, el concejal-diputado los dejaba sin efecto con tan solo estampar su firma a favor.

No tuvimos más remedio que utilizar la vía de los recursos contenciosos administrativos interpuestos ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (T.S.J.P.V.)

A cada resolución del Pleno o a cada Decreto de Alcaldía, la parte contraria entablaba el correspondiente recurso, de igual modo que nosotros hacíamos con las órdenes forales del etxebarritarra Diputado de Urbanismo.

El Pleno Municipal se pronunció en contra de la construcción de la planta contaminante por una mayoría más que suficiente. Nueve votos en contra: (seis de L.V.P., dos de EA y uno de HB) y cuatro a favor: (tres del P.S.E. y uno del PNV).

En el Pleno más concurrido que se haya celebrado en Etxebarri, el representante del PNV, nos advirtió de las consecuencias: "Con esta negativa a la instalación de Reclori S. A. a Etxebarri se le cerrarán todas las puertas” y de forma intuitiva le respondí "No importa, al menos podremos abrir las ventanas”. Lo que provocó una sonora ovación.
Personalmente tuve que soportar incontables presiones y amenazas, pues eran muchos los intereses en juego. El tema tenía mucho morbo, la prensa, la radio y la televisión se encargaron de darle una enorme resonancia con lo que mi imagen comenzó a ser muy conocida, popularidad que preferiría no tener y pasar desapercibido.

Casi cinco años después de su inicio empiezan a dictaminarse las sentencias. Tres a nuestro favor y una, la principal, en contra. Seguíamos trabajando para encontrar la fórmula jurídico administrativa que impidiera su instalación.

El apoyo popular estaba asegurado, en menos de veinte días logramos recoger más de siete mil firmas. Recogida de firmas que personalmente promoví, a través de mi grupo y de forma anónima, para advertir a todos los implicados en el proyecto (empresas y jueces) la contestación popular que debían esperar si se instalaba la planta, en el supuesto de que legalmente les dieran la razón.

Fue curiosa la escena del Alcalde recibiendo a los representantes de los distintos grupos sociales y ecologistas para entregar varios millares de firmas de un documento que el propio Alcalde había redactado.

Ante tamaña resonancia y tanta oposición popular, la empresa Reclori S.A. se vio en la necesidad de disolverse unos años después. ¡De buena nos libramos!... Transcurridos varios meses desde su disolución, el TSJPV dictaminó a su favor basándose en que la administración no puede ir contra sus actos propios” y nosotros habíamos actuado totalmente en contra de quienes inicialmente, desde el gobierno municipal, aprobaron su instalación, el PSOE y el PNV.

De seguir existiendo, y en razón a la resolución favorable del TSJPV, la controvertida empresa habría podido reclamarnos indemnizaciones millonarias.

La llamada telefónica sobre el estudio de impacto ambiental.
Cuando todo hubo terminado, con notable éxito para el Municipio, recibí una llamada felicitándome efusivamente por la valiente postura que como grupo político y como Alcalde habíamos mostrado. Era de una persona, de la que no voy a dar ni nombre ni procedencia para no complicarle su trayectoria profesional, que estaba orgullosa de observar como con valentía y con el único interés de defender la salud de nuestros vecinos y vecinas habíamos vencido a un monstruo ecológico en el que muchas instituciones políticas y empresas habían mostrado un interés por su aspecto económico pero no ecológico.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me informó que la empresa para la que esa persona trabajaba había elaborado un Informe de Impacto Ambiental (EIA) muy desfavorable sobre la actividad de Reclori SA. Este informe fue guardado en el cajón y se le encargó otro EIA a una empresa, más afín, que resultó favorable. y con ese tramitaron la licencia quienes nos antecedieron en el gobierno.

Es triste escribir esto pero, en el transcurso del tiempo, he podido informarme de otros casos en los que cuando el informe resulta desfavorable se cambia por otro, o en otros muchos procesos en que no se aplica a la eliminación de un residuo la más ecológica de las opciones sino la que más rentable resulta. Rentabilidad que no siempre revierte en la sociedad sino en el bolsillo de unos pocos.




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