Convaleciente
de una infección viral hoy me he tragado entero el debate de la
fallida investidura del candidato a Presidente.
Voy
a intentar relatar de forma muy sencilla la impresión que me han
causado las distintas intervenciones.
Comencemos
por el candidato. Creo que Pedro Sánchez ha sido valiente, ha
pretendido contentar a los que piden cambio y también a los varones
de su partido que han sido los que han puesto una serie de
condiciones que casi ha cumplido.
Pero
existe una enorme contradicción y es que siendo un partido de
izquierdas haya optado por apoyarse en un partido que es la nueva
derecha y que además está apoyado por las grandes fortunas y las
grandes empresas, en suma, por el Ibex 35.
Creo
que tiene una oportunidad ahora de retomar, de reconducir el asunto
y además, está obligado a hacerlo porque ha adquirido una
responsabilidad que si no la cumple le va a pasar factura a nivel
general y dentro de su partido
Diría
que Pedro Sánchez ha ganado enteros en conjunto, por los dos
discursos y por “haber agarrado el toro por los cuernos” para
acabar con el bloqueo existente.
El
segundo lugar en intervenir ha sido el señor Rajoy, que debería
haber sido el primero. Con un lenguaje rancio, antiguo, ha pretendido
convencernos de que estamos en la España del 2011, como si nada
hubiera pasado durante estos 4 años, reclamando para él un apoyo
que no merece después de su andadura en el gobierno de recortes
sociales y de derechos y de su falta de pericia demostrada, además
de unos truculentos episodios descalificadores que han ido
sucediéndose durante los últimos meses que le han puesto en el disparadero dentro de su propio partido.
Él
fue el primero en defenestrarse cuando rehusó ser propuesto por el
rey, en una táctica de “que pase el siguiente” para no ser el
primero en estrellarse.
El
señor Iglesias, Podemos, dijo que iba a rebajar el tono y no hubiera sido necesaria el relato
de las anécdotas del beso y
de la
pretendida relación o flechazo virtual de Andrea Levy del
PP
con Miguel Vila de
su partido.
Esa
broma puede servir para animar un mitin o una asamblea, pero un pleno
del Congreso, además de investidura, es una cosa más seria donde
huelgan las frivolidades.
Fue,
sin embargo, certero en sus apreciaciones y espero que sincero al
decir que tiende la mano para un posible acuerdo, un acuerdo de la
gente de izquierdas, un acuerdo por lo social y no por lo económico
y el capital.
El
señor Rivera, Ciudadanos, ha ganado muchos puntos cumpliendo con el papel que la
derecha le ha otorgado. Es cierto que ha dado una buena imagen de
mediador, de dialogante, e incluso, de estadista, pero detrás de
todo ello subyace que, cada vez con mayor evidencia, son una marca
blanca de la derecha capitalista.
Si
hay nuevas elecciones posiblemente su partido sea muy beneficiado,
pero si no las hay será el más perjudicado, porque el pacto que se
puede prever es un pacto de izquierdas que lo dejaría al margen.
Me
gustó Garzón (IU), porque es un cirujano del lenguaje político. Lo
aplica con certera puntería y dice lo que la gente quiere oír, que
hay posibilidades de dar un giro hacia un gobierno más preocupado
por las personas y menos por la explotación de los pobres para
enriquecer más y más a los ricos.
También
el Sr Homs estuvo certero al manifestar que si no estuviese por
medio el asunto catalán, ya se habría conformado un gobierno de
izquierdas. Será un tema que habrá que afrontar guste o no guste.
Cambiando de actitud es posible que se rebaje la euforia
independentista.
Ahora,
después de haber escuchado a los unos a los otros públicamente y
teniendo en cuenta las diferentes propuestas habidas, toca sentarse a
trabajar, a dialogar y llegar a acuerdos que eviten un nuevo proceso
electoral que, además de inútil, puede ser muy costoso para las
precarias arcas del Estado.
Es
mi humilde opinión que con vosotras y vosotros comparto, sin ánimo
de polémicas pues ya dice el refrán que “dos no discuten si uno
no quiere” y yo no quiero discutir. "Eso es mentira"…. pues será mentira, je,je.
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