¡Como
está el patio!
Cada
vez me sorprende más todo lo que sucede en el mundo político y me
cuesta más entender ciertas actitudes, sobre todo, las de aquellos
que hoy defienden lo que antes denostaban.
Siempre
me he ufanado de ser independiente. Si, independiente pero de
izquierdas. ¿Por qué? Porque siempre me rebelé contra la
injusticia social y la balanza de la justicia social lamentablemente
se inclina hacia los más poderosos y desprotege a los más
necesitados. Y los más necesitados están, casi siempre, en la
izquierda, en el ámbito reivindicativo de la solución de sus
necesidades, mientras los poderosos claman “virgencita, que me
quede como estoy”, por ello se les llama conservadores.
Si
habéis leído mis escritos en este blog habréis llegado a esa
conclusión, la de mi inclinación izquierdosa, pero no me olvido de
criticar, a diestro y siniestro, desde la óptica de mi lógica, la
mía, no la mejor a buen seguro, pero sólo la mía y por tanto...
independiente.
Da
pudor relatar el panorama político. Ha transcurrido ya más de un
mes desde que nos confundimos al votar y entre todos, con nuestros
votos, hemos creado este galimatías de siglas y proporciones. Yo
esperaba , como muchos de vosotros, que “como no está el horno
para bollos”, nuestros políticos, de diestra y siniestra, se
habrían apresurado a anteponer los intereses generales a los de
partido o personales y se habrían puesto el buzo para resolver los
graves problemas del paro, los recortes en sanidad y educación, los
altos e impagables impuestos, el abuso de las eléctricas, los
paraísos fiscales, los desahucios, la reforma laboral, los sueldos
recibidos por jornadas marathonianas que no llegan para comer… Pues
no, andan liados con rastas y corbatas, piojos, con niños en el
congreso, con los asientos que se distribuyen a mala leche,..
El
señor Rajoy, el señor del plasma o don Tancredo, como le llaman, ha
hecho lo mismo que venía haciendo cuando gobernaba, dejar que el
tiempo resuelva los problemas y en este caso, ha hecho una finta y ha
dicho “que pase el siguiente” porque nadie le hace caso de hacer
un gobierno sólido con él a la cabeza y el apoyo de todos sus
opositores, menos Podemos.
Señor
Rajoy, en política los problemas son como el pescado o los resuelves
en tiempo y forma o se pudren y huelen. Estaría bien reclamar ahora
pactos de estabilidad si cuando usted gana las elecciones con
suficiencia permite el apoyo y escucha las aportaciones de sus
adversarios políticos. Pero su legislatura ha sido de dejar pasar
el tiempo para que los problemas que han creado acaben solucionándose
solos y ha dedicado muchos de sus esfuerzos, de los que habría
debido dedicar a gobernar bien, a denostar de sus adversarios y
derivar responsabilidades a la herencia recibida, si aquello de lo
que dijo en debate electoral que no iba a hacer uso.
Ahora
hace Usted un escorzo y que “se estrelle el siguiente”, mientras
vamos viendo llegar los cadáveres de los responsables de su partido,
que “de modo personal y en ningún caso imputable ni a usted ni a
su partido”, decidieron tejer redes mafiosas para enriquecerse
¿ellos solos?.
Bueno,
seguro que aprendieron de la mala campaña que se le hizo al señor
Zapatero, con lo de la herencia recibida, y habrán decidido, de
manera personal, mejor nos lo llevamos nosotros todo y así estos de
izquierdas, piojosos y con rastas, no podrán hablar mal de la
herencia recibida.
No
se debería dar una segunda oportunidad a quien teniendo la primera,
la prioritaria, la desestima.
Espero,
esperamos, que con valentía dejen aparcado lo accesorio y dediquen
sus esfuerzos para llegar a pactos que desbloqueen la situación y
pongan en marcha medidas de perentoria necesidad para muchos de
nuestros y nuestras ciudadanas más necesitadas.
Hasta
es posible que ese gobierno que se conforme le exija a los bancos su
participación, la de todos los españoles, en las ganancias que
generen en proporción a los dineros que se les prestaron para su
rescate.
Esa
será una medida contundente para que los señores banqueros aprendan
a estar callados antes, durante y después de las campañas
electorales, pretendiendo meter el miedo a los votantes para que
depositen el voto en favor del partido o partidos que más les
favorecen a ellos.
Con
políticas sociales podremos salir de esta situación.Los bancos seguro que aprenderán a vivir con unos miles de millones menos de ganancia. Las familias nunca aprenderán a vivir sin tener para comer.
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