jueves, 1 de marzo de 2018

1985, año de nieves año de bienes,¿lo será el 2018?


Hoy he leído en el periódico  muchas anécdotas de la nevada que hemos sufrido en Euskadi y me ha venido a la memoria aquella nevada de hace 33 años, más concretamente el 15 de enero del año 1985, en que se produjo la mayor nevada que conocemos los de mi edad en  Bilbao y ese día fue muy importante para nuestra familia pues nació nuestro tercer descendiente, qué según el médico iba a ser otro niño más y no... fue una niña preciosa a la que llamamos Izaro.
Ahora lo recuerdo con  alegría pero aquellos momentos fueron bastante problemáticos. Previsoramente se me había ocurrido poner, por primera vez en mi vida, unas cadenas a mí Talbot 150 dos días antes cuándo se iniciaron los problemas con la nieve.
Ese día cuando me dedicaba a jugar como los demás a tirar bolas de nieve, mi hijo Roberto me dijo: Aita, que vayas para casa porque ama está de parto...Buff.... fui a recoger el coche en la plaza de la calle Santa Marina, en la lonja en que lo guardaba y casualmente había un coche ocupando la salida
Con la ayuda de mis amigos desplazamos el coche y sacamos el mío iniciando un problemático y peligroso camino hacia el sanatorio dónde teníamos previsto que diera a luz. En el Sanatorio Bilbaíno de la calle Gordoniz de Bilbao.
Bajar la cuesta de la calle Andalucía era para  intrépidos valientes. Mi mayor preocupación era que algún gracioso se me atravesará y me obligase a tocar el freno pues habríamos acabado en el cementerio. Nunca mejor dicho pues en aquellos años la cuesta terminaba en unas huertas colindantes con la instalación funeraria.
Llegamos como pudimos a la N 634 . A la altura de la gasolinera un trabajador de la misma nos hizo autostop pues no pasaba ningún vehículo y como su casa estaba próxima a la Basilica de Begoña  nos obligó a cambiar y alargar nuestro itinerario. Elena aguantaba sus dolores mirando para otro lado para que no me percatase. 
La cadena del coche golpeaba en el paso de rueda, en el interior de la carrocería...pero cualquiera paraba.
Cuando llegamos al paritorio había solo una monja, luego llegó la comadrona y finalmente el médico. 
Fui a comprar un bocadillo y cuando volví,  cinco minutos después ya se había producido el parto.
El ginecólogo me dijo: ya está ya la hemos mandado a su habitación, ante mi sorpresa por la prontitud me dijo que la niña estaba perfectamente...¿niña? Entonces te confundiste en el diagnóstico. Me respondió: Si, pero estarás contento. Y me puse a dar botes.
Izaro ahora tiene 33 años, es guapa, seria, trabajadora y muy responsable en un puesto que lo requiere,  hoy celebramos el aniversario de su precioso hijo que nació el 29 de Febrero de 2016.
Va a ser cierto aquello de año de nieves año de bienes. El 85 lo fue ¿lo será el 18?
Es mejor escribir de esto que de la política actual. ¿A que si?


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