viernes, 5 de mayo de 2017

El engaño y la corrupción: la impunidad


Dado el clima de corrupción económica, política y judicial  con la que nos levantamos todos los días, os copio a continuación algunas consideraciones u opiniones personales que plasmé al respecto en mi libro "20 años de gobierno ciudadano" hace ya dos años, en la segunda edición.Si os gusta iré publicando otros relatos.
Admito todo tipo de comentarios, discrepantes o no. Si os gusta os animo a que compréis el libro que podéis adquirir en las librerías de Etxebarri o encargándolo  en cualquier otra o a la Editorial Elkar  por su titulo o por el ISBN 9 788493923815. Contribuiréis con ello a una buena causa pues mis mínimos beneficios de autor los dono a una ONG  dedicada a la protección de la infancia

El engaño y la corrupción: la impunidad
Hay que reflexionar sobre la necesidad de parar la situación a la que hemos llegado en la arena política.
Se da por hecho que la única misión de los partidos políticos es ganar las siguientes elecciones y que para ello todo tiene justificación: tratar a los ciudadanos como tontos, prometiendo lo que sabemos que no se puede cumplir, adelantando las elecciones por simple cálculo electoral, difamar al adversario de cara a la opinión pública para hacer que pierda votos y judicializar la política.
Los partidos políticos apoyan a sus candidatos aun sabiendo que son corruptos. No es la corrupción el mayor problema sino la impunidad de la corrupción.
Hemos llegado a tal degradación de la democracia que nos sentimos meros votantes. La política no es esto, tenemos en nuestras manos corregir la situación. En todos los partidos puede haber personas corruptas, pero también hay muchas personas honradas.
Lo que irrita a la sociedad es comprobar que una madre joven vaya a la cárcel por haber hecho uso de una tarjeta ajena encontrada para comprar pañales y que los que han robado los fondos públicos y usado las tarjetas black, estén en sus casas y acaben siendo absueltos en poco tiempo.
La corrupción no existe si UNO no quiere
Ya digo en mi Decálogo que la política es la actividad de los hombres libres y que cuando los ciudadanos dejan de prestar atención por la política, llegan a las instituciones políticos que no prestan atención a los ciudadanos.
Ese UNO del titular, lo he escrito con mayúsculas, con toda la intención, para sí el lector o lectora prefiere interpretarlo en primera persona o quiere utilizarlo en un tono más impersonal.
El mayor mérito del hombre consiste en determinar sus circunstancias y no dejar que las circunstancias lo determinen a él. Por tanto, si UNO no quiere, si tú no quieres, no te corrompes por muy tentadoras que sean las ofertas y muy favorables sean las circunstancias. En este país que el engañar es un arte o traes la honestidad contigo mismo, la traes de fábrica, o eres un posible corrupto y/o corruptor.



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