No
me cae bien el Sindicato Manos Limpias. Todo lo contrario, pues
me acusó a mi personalmente, como Alcalde, por un acuerdo unánime
del Pleno Municipal tomado en 1978, 13 años antes de que yo
apareciera en la escena de la política municipal, por la decisión de nombrar la plaza del pueblo como Txiki y Otaegi, fusilados por Franco, sin juicio y sin demostrar si de verdad eran terroristas.
Para
revocar un acuerdo de un Pleno hay que fundamentarlo con hechos y/o
documentación y así se lo exigí a ellos para poder llevarlo a
su debate en el Pleno. Usaron la amenaza de que o quitaba los
letreros en quince días (¡ a la orden!) o me denunciaban. Con el desprecio propio
de quienes se creen superiores y que todos somos separatistas
(alcalde independiente no es lo mismo que alcalde independentista),
”lo busca usted en la editorial Txalaparta”, me respondieron y
me denunciaron por lo penal.
El
Juez Fernando Abreú sentenció que era un disparate imputar
personalmente, por lo penal, a quien, como yo, ni siquiera estaba en
aquel momento en la Corporación. Pero consiguieron que apareciera
en los periódicos de todo el Estado sin motivo alguno. Y eso crea
dudas entre tus conocidos y no conocidos.
En
aquellos compases, yendo sólo en mi coche en Zarauz, en un control
de la Guardia Civil me registraron el coche, aunque de inmediato me
reconocieron, y durante el registro me preguntaron por qué no había
retirado las placas de la plaza, les relaté el asunto tal cual aquí
lo hago y me dijeron “ Ante ese menosprecio y esa prepotencia, yo
también hubiera hecho lo mismo. Ya me habían dicho a mi mucha
gente que usted era un gran Alcalde”.
El
Juez desestimó la denuncia. No podía ser de otro modo.
Posteriormente, por lo contencioso, el Tribunal nos indicó la
retirada de la placa, lo que hicimos de inmediato pues nuestro grupo
independiente se dedicaba, y se dedica, a gobernar, a gestionar los
recursos municipales, las cuestiones de matiz político ideológico
ni las tratamos en el Pleno y la comunicación judicial nos allanó
el camino.
Hecha
esta aclaración previa, para que nadie piense que los defiendo ahora
por alguna secreta razón y por si alguno de mis seguidores en este
blog tenía un concepto tergiversado de ese asunto que he relatado,
creo que en este caso merecen un aplauso, Me explico.
Son
los únicos que han mantenido la acusación contra la Infanta y al
final han conseguido sentarla en el banquillo. Hecho que además de
justo, es un salto cualitativo de la Justicia, que se demuestra que
poco a poco, gracias a las múltiples voces cada día más altas de la calle, algunos jueces pueden
mostrar su valentía y hacernos creer que la Justicia es igual para
todos, aunque la abogada del estado pueda decir que lo de ”
hacienda somos todos” es pura publicidad.
La
“doctrina Botín”, la del todo poderoso banquero, no es más que un fiasco de la justicia
cometido en favor de un poderoso y al contrario de anular tal
tropelía, algunos pretenden convertirlo en doctrina jurisprudencial
para su aplicación sólo a los influyentes. ¿Cuando no hay acusación
no existe delito?. Es como si uno de nosotros fuese liquidando a
personas sin techo y quedáramos libres porque como no tienen
familia, nadie nos acusa.
¿Hubiera
pasado lo de Botín ahora? No, sin dudarlo. Las demandas de la gente
en la calle han tenido un efecto muy trascendental y en la Justicia
muchos jueces se atreven ahora a lo que antes no, por miedo a las
represalias personales y profesionales. Ahora saben que cuentan con
la gente, con esa gente que no se queda en casa y se subleva contra
lo injusto, contra el uso del poder judicial en favor del poder
económico y político.
Os
imagináis una doctrina Otxoa, Martinez, García, Lobato, … A
nosotros no nos hace falta que nos acuse la fiscalía. Defrauda a
hacienda 8.000 € y verás donde te vamos a tener que llevar los
bocadillos. No puede ser la Agencia Tributaría la que determine
quienes debe ser imputados y quienes no.
Así
que, bien sea por Manos Limpias o por los gritos de la calle,
bienvenidos sean los acuerdos judiciales que nos ayuden a pensar que
“la Justicia es igual para todos”. Ah.. y señora Abogada del
Estado que lo de “Hacienda somos todos” no se quede en mera
publicidad y pongan ustedes todo el ahínco en averiguar quien
defrauda, y si son ustedes listos y listas, comiencen por los que más
tienen, porque con menos trabajo pueden recuperar más dinero que
expedientando a cientos de humildes obreros.
A la
continua persecución y condena de los poderosos que defraudan y se
llevan la pasta a paraísos fiscales quisiéramos acostumbrarnos. Les
daría a los jueces, fiscales y abogados del Estado mayor
credibilidad social.
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