No
puedo entender que quien gana unas elecciones, a la hora de formar
gobierno, previo los pactos necesarios, haga una finta y diga “que
pase el siguiente que a mi me da la risa”. Tampoco lo entenderá
mucha gente de su propio partido. No ha sido una actitud inteligente.
Cuánto
menos debería servirles como enseñanza, para si vuelven a gobernar
con mayoría absoluta no cometan el error de desoir e incluso
menospreciar a sus adversarios políticos, con una altanería que ha
propiciado que, ahora, no tengan “amigos” con quien pactar.
La
mayoría absoluta no puede convertirse en dictadura. Facilita la
acción de gobernar pero se deben estudiar y/o admitir las
aportaciones de los adversarios políticos o corren el riesgo de
enfrentamientos estériles e impopulares.
Nosotros
siempre hemos gobernado con mayoría absoluta, pero sujetos a las
iniciativas de una Asamblea y dando información y participación
continua a la misma. A pesar de nuestras mayorías absolutas, cuasi
insultantes, contrastábamos con los concejales de la oposición y
tomábamos en cuenta sus aportaciones o matizaciones y siempre con
toda la amabilidad posible en cada caso. Así ahora podemos tomar un
vino con los distintos concejalas y concejales de la oposición.
Somos vecin@s, conocid@s,
adversari@s políticos, pero
no somos enemigos pues cada uno desde su punto de vista lo que
pretende es que su pueblo mejore.
Tampoco
me parece inteligente la postura de Podemos. No niego mis simpatías
por el cambio. No debe ser el que ha obtenido el tercer puesto quien
le indique al segundo partido como debe hacer las cosas y menos
públicamente, antes de haber dialogado con el posible candidato.
Puede ser táctica pura pero da la imagen de un rupturismo que no se
corresponden con los resultados electorales.
Lo
que han propuesto públicamente es asumible en un alto porcentaje,
pero sobran las líneas rojas y la propuesta de composición del
futuro gobierno sin haberlo negociado previamente. No puedes hacerle
la alineación al contrario aunque se trate de un partido amistoso.
Nos
cabe la esperanza de que finalmente no sea necesario volver a las
urnas. Se trata de una oportunidad histórica de pacto. No defrauden
al electorado o les volverá la espalda.
Mi
humilde opinión.
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