De
las maravillas creo que no... pero de las sorpresas si. No hay un día
que te despiertes y no haya un nuevo escándalo de corrupción que
determine, de manera cada vez más concluyente, que tantos “casos aislados” no pueden ser fruto de la
avidez personal de unos cuantos.
No
se trata de manzanas podridas, sino de un cesto infectado y con
muchos responsables implicados hasta las trancas en tal estado
infeccioso.
Que
el Fiscal Anticorrupcion sea corrupto, que tenga propiedades
compartidas radicadas en España y que para esconder su patrimonio
dispongan de una sociedad offshore, para pagar menos o no pagar los
impuestos correspondientes, es cuando menos intolerable.
Que
nadie se responsabilice políticamente de su contestado nombramiento
es inaudito. Es como si hubiesen nombrado a un delincuente como
Director General de Policía que en lugar de perseguir la
delincuencia se dedicase a proteger a los delincuentes.
Que
el Presidente de la Nación vaya a declarar como testigo del asunto
Gürtel es esperanzador, pero resultará seguramente decepcionante porque aducirá que “él no sabía nada” (frase de moda) a pesar
de ser el secretario del partido y el encargado y responsable de las
campañas electorales en las que su partido era financiado
ilegalmente por empresarios que luego recibían a cambio
adjudicaciones de obra pública a importes que finalmente se inflaban
hasta duplicarse o triplicarse.
Pero
el señor Rajoy no sabía nada... El estaba tan despistado como en el
Congreso, en el que votó en contra de una enmienda pactada y aceptada
por su partido.
Ante
el aluvión de criticas generalizadas ha tenido la osadía de
recomendarnos de que “no nos dediquemos a los chismes en lugar de
lo importante”.
El
día 26 de Julio, cuando declare como testigo, puede poner en
práctica su propio criterio… no se dedique usted a los chismes,
diga la verdad… solo la verdad, que es lo importante en un juicio y
además es de obligado cumplimiento. Asi se acabarían los chismes y
podría dedicarse, si sale ileso, como presidente, a servir y no a
servirse.
Desde
luego que yo dejaría de criticarle a usted y a quienes actúan con
honestidad en su partido. Conozco a muchos concejales honrados de su
partido y me entristece que lean esto que escribo porque ellos no lo
merecen.
Es
mi humilde opinión y puedo estar equivocado.
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