jueves, 21 de noviembre de 2019

La única revolución posible será darnos cuenta de que no necesitamos tanto para vivir.


Aquí os copio un conciso capítulo de la segunda edición de mi libro " 20 años de gobierno ciudadano" que sigue estando de plena actualidad.
¿La crisis económica?
Repito muchas veces una frase para referirme al origen de la mal llamada crisis económica.
En la ópera comenzaba a oler mucho a obrero”.
El capitalismo con su crecimiento exponencial se contrapone con un mundo finito en materias primas de las que extraer ganancias y con una población a la que los múltiples recortes de derechos, servicios y salarios ya no le permite consumir lo suficiente como para generar un mercado rentable para el capital.
Ante la imposibilidad de producir más y con mayor margen de ganancias, el capitalismo ha optado por restarle calidad de vida a los obreros y ganar con inversiones en bolsa, sin tener que invertir en producción de bienes y de servicios, y escamoteando el pago de los impuestos a sus países, en paraísos fiscales que han creado y que los gobiernos permiten.
Los gobiernos están supeditados a estos lobbies, que son los que marcan la acción política aupando a los gobiernos que más favorecen sus intereses y defenestrando a los que quieren acabar con sus comportamientos mafiosos.
La única revolución posible será darnos cuenta de que no necesitamos tanto para vivir. Pero deberían ser los primeros en cambiar de actitud los que más tienen y los propios partidos recortando sus gastos, disminuyendo sus plantillas de asesores y directivos y reduciendo el número y la ampulosidad de sus sedes.
Negro futuro espera a nuestros hijos e hijas, nietos y nietas, si no se le da un vuelco rotundo a la cruda realidad actual.

Es mi humilde opinión y puedo estar equivocado.


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